El tomate en la dieta mediterránea

Estas hortalizas que tiñen de rojo muchos de tus platos favoritos son una fuente inagotable de virtudes. Disfruta de esta jugosa inyección de vitaminas mientras te cuidas

Tanto en gazpacho como en rodajas, el tomate mantiene intacto su porcentaje de agua el 95% de su peso, por lo que este sabroso e hidratante alimento, esencial en la dieta mediterránea, nos ayuda a refrescarnos a un precio muy asequible.

Su escaso aporte energético ( unas 20 calorías por cada 100 gramos ) y la gran cantidad de agua que contiene hacen que el tomate sea esencial en cualquier dieta de adelgazamiento.

Esta hortaliza es rica en licopina, un pigmento vegetal con propiedades antioxidantes que ayuda a reducir algunos tipos de cáncer, como el de próstata, pulmón y tracto digestivo. Su alto contenido en vitamina C también ayuda a reforzar el sistema inmunitario.

Recientes estudios confirman que el tomate contiene un nutriente que puede evitar la aparición de enfermedades relacionadas con el corazón, como un infarto.

La gran dosis de vitamina B3 que posee favorece el estado de ánimo positivo y el sueño reparador. Además, contiene ácido fólico, que puede mejorar el humor y la función neuropsicológica en pacientes con depresión.

El tomate es rico en potasio, un mineral que ayuda a eliminar líquidos, siendo un eficaz diurético, y también contiene elevadas dosis de fibra, por lo que favorece el tránsito intestinal y mejora los problemas de estreñimiento.